La curatela representativa es una figura legal que ha cobrado importancia en España tras la reforma del Código Civil en 2021, la cual introduce un nuevo marco de protección para personas con discapacidad o que, por razones de salud, no pueden gestionar por sí mismas sus asuntos personales o patrimoniales. En lugar de ser un mecanismo de sustitución total de la voluntad, como lo era la tutela, la curatela busca ofrecer un apoyo más flexible y adaptado a las necesidades de la persona.
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En este artículo, explicaremos en qué consiste la curatela representativa, cuándo se debe solicitar y cuáles son los pasos a seguir para conseguirla, aportando claridad sobre una cuestión que puede ser vital para el bienestar de nuestros seres queridos.
¿Qué es la curatela representativa?
Como veníamos diciendo, la curatela representativa es un mecanismo de apoyo para personas que no pueden tomar decisiones importantes en su vida debido a una discapacidad, enfermedad mental o deterioro cognitivo. A diferencia de la curatela asistencial, en la que el curador simplemente ayuda o asesora a la persona en sus decisiones, en la curatela representativa el curador actúa en nombre de la persona representada, tomando decisiones en su lugar cuando esta no es capaz de hacerlo.
Este tipo de curatela se aplica principalmente en situaciones graves donde la persona no tiene capacidad alguna para gestionar sus propios intereses. El curador se convierte en una figura clave para velar por su bienestar y gestionar aspectos como el patrimonio, la salud o cualquier decisión legal.
¿Cuándo es necesaria la curatela representativa?
La curatela representativa puede ser necesaria en una variedad de situaciones. Los casos más comunes incluyen:
- Personas con discapacidades severas: Cuando la persona, debido a una discapacidad intelectual o física grave, no puede ejercer de manera adecuada sus derechos y obligaciones, es fundamental que alguien actúe en su representación.
- Pacientes con enfermedades degenerativas: En casos de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, en las que la persona pierde progresivamente la capacidad de tomar decisiones, la curatela representativa puede ser solicitada para asegurar que sus intereses estén protegidos.
- Personas en estado de inconsciencia o incapacidad temporal prolongada: Si alguien se encuentra en estado de coma o tiene una condición médica que le impide tomar decisiones durante un largo período, un familiar puede solicitar la curatela representativa.
¿Cómo solicitar la curatela representativa de un familiar?
Para conseguir la curatela representativa de un familiar, es necesario seguir un proceso legal que incluye varios pasos importantes. A continuación, explicamos el procedimiento general que se debe seguir en España:
- Recolección de informes médicos y pruebas: El primer paso es obtener informes médicos que certifiquen que la persona no está en condiciones de tomar decisiones por sí misma. Estos informes deben ser detallados y emitidos por especialistas en la condición específica que afecta a la persona.
- Presentación de la solicitud en el juzgado: Una vez reunidos los informes médicos, es necesario presentar una solicitud formal de curatela en el juzgado correspondiente al domicilio de la persona afectada. Este proceso debe estar respaldado por un abogado de Derecho de Familia y protección de personas vulnerables.
- Audiencia judicial: En esta etapa, el juez evaluará la situación basándose en los informes médicos y en la documentación presentada. Si es posible, la persona afectada también será escuchada, aunque esto depende de su estado de salud. El juez también puede pedir la intervención de peritos o asistentes sociales que ayuden a determinar el grado de incapacidad.
- Nombramiento del curador: Si el juez considera que la curatela representativa es necesaria, procederá a nombrar un curador. Este puede ser un familiar directo (padre, madre, hijo, cónyuge, etc.), o en algunos casos, una persona designada por la propia persona afectada antes de perder sus facultades. El juez evaluará quién es la persona más adecuada para asumir el rol de curador, teniendo en cuenta el interés del representado.
- Control judicial y responsabilidades del curador: El curador tendrá la obligación de actuar siempre en beneficio de la persona representada, siguiendo las directrices establecidas por el juez. Además, sus acciones estarán bajo control judicial, lo que significa que deberá rendir cuentas ante el tribunal sobre la gestión de los bienes y las decisiones tomadas en nombre de la persona incapacitada.
Derechos y obligaciones del curador
El curador tiene el deber de gestionar los asuntos del representado con diligencia y velar siempre por su bienestar. Sus funciones pueden abarcar decisiones patrimoniales, como la administración de bienes, pero también cuestiones personales como la elección de tratamientos médicos o el cuidado diario.
Es importante destacar que la curatela representativa no concede un poder ilimitado. El curador deberá respetar, en la medida de lo posible, los deseos expresados previamente por la persona incapacitada y actuar de acuerdo con los principios de buena fe y protección del interés del representado.
¿Cuáles son las alternativas a la curatela representativa?
En algunos casos, puede que la curatela representativa no sea la solución más adecuada. Dependiendo del grado de incapacidad y de la necesidad de apoyo, pueden existir otras alternativas, como la curatela asistencial, en la que la persona afectada mantiene cierta autonomía y el curador solo actúa como apoyo en decisiones específicas.
Otra opción podría ser la figura de la guarda de hecho, que se utiliza cuando la incapacidad es temporal o cuando no se requiere una intervención tan profunda.
Resumiendo, la curatela representativa es una herramienta crucial para proteger a aquellos que, por diversas razones, no pueden gestionar sus propios asuntos. Si tienes un familiar en esta situación, entender los pasos necesarios para solicitar la curatela y conocer tus responsabilidades como curador es esencial para asegurar su bienestar y protección. Consulta con un abogado familiar para guiarte en el proceso y asegurarte de que estás actuando en el mejor interés de tu ser querido.