Uno de los grandes miedos que tienen los progenitores tras el divorcio, es que sus hijos ya no quieran verlos. Temen tanto que esta decisión provenga del propio niño como de la influencia del progenitor que convive con él.
Son muchos los clientes que llegan a nuestro despacho de abogados en divorcio para expresarnos la gran preocupación que les produce que sus hijos hayan descuidado el contacto con ellos tras la separación.
Por supuesto, en los casos en los que hablamos de mayores de edad realmente hay muy poco que hacer. Disponen de la libertad suficiente para decidir a quién quieren ver y cuándo, y eso depende principalmente de su buena voluntad.
¿Cómo actuar cuando un hijo no quiere saber nada de su madre o su padre?
En el caso de los menores, hay que aclarar que no pueden tomar la postura arriba mencionada. La ley no le permite negarse a ver a ninguno de sus padres, a menos que haya un motivo que lo justifique y que esta razón esté debidamente probada ante la justicia, que será quien avale esta determinación tan importante.
Si no hay justificación para concluir que lo mejor para el menor es no tener contacto con su padre o madre, lo que se hace es buscar acuerdos básicos para recuperar una unidad familiar que haga posible la convivencia.
Cuestiones como el diálogo directo entre padres e hijos, la honestidad sobre la situación y los problemas que experimenta cada una de las partes, y hasta la influencia positiva del padre/madre con el que sí tienen relación son indispensables para terminar con este distanciamiento, que suele ser más difícil de revertir si pasa mucho tiempo.
¿Qué es el Síndrome de Alienación Parental?
Éste es un fenómeno bastante recurrente en medio de procesos de separación o divorcio, y consiste en el rechazo de los hijos hacia uno de los padres, generalmente al tomar posición por el otro en sus desacuerdos.
En circunstancias normales, los menores de 13 años rara vez sienten animadversión por sus padres. Puede que estos sentimientos afloren posteriormente; sin embargo, si lo hacen en los primeros años tras el divorcio, casi con seguridad intervienen actores externos (como puede ser el progenitor con el que conviven), que influye en su decisión.
¿Se puede denunciar este evento?
La respuesta es sí, ya que la relación entre progenitores y descendientes es un derecho y no una opción. Siempre que se compruebe que la comunicación entre el padre/madre y sus hijos está siendo obstaculizada conscientemente por el otro progenitor, éste corre el riesgo de que se le quite la guarda y custodia.
*Con cierta regularidad, nuestros profesionales acompañan a padres/madres angustiados por esta situación, para reclamar sus derechos y que se cumpla con el régimen de visitas que había sido acordado en primera instancia, a fin de mantener el vínculo entre padres e hijos. Si precisas de nuestra ayuda, no dudes en contactarnos.