¿Cómo se reparten las vacaciones de Navidad tras un divorcio con hijos?

Una de las situaciones complejas que se dan tras un divorcio o separación con hijos es la organización familiar durante el período de fiestas. En Saverio Abogados recibimos constantemente a padres y madres que quieren saber qué derechos les asisten en tales casos.

La mayoría de ellos llegan con una pregunta específica, que es: «¿cómo se reparten las vacaciones de Navidad tras un divorcio con hijos?». Nuestro equipo de abogados especialistas en Derecho de Familia puede ofrecerte asesoramiento si estás atravesando estas circunstancias.

 

Navidades de padres separados o divorciados con niños

En principio, es importante aclarar que esta es una problemática más común de lo que se cree, un inconveniente que hay que abordar con sumo cuidado, especialmente cuando los menores no tienen la capacidad de decidir de forma coordinada con los padres cuál es la mejor opción.

Sumado esto a lo sensible que resulta la época del año de la que hablamos, en la que ninguno de los progenitores querrá pasar los días alejado de sus hijos, entonces es esencial que todos los involucrados obtengan una respuesta acorde a sus intereses y posibilidades.

La última aclaración al respecto es que siempre debe priorizarse que los niños pasen un tiempo de calidad con sus familiares; poner su bienestar por delante de cualquier otro factor determinante es fundamental.

 

Entonces, ¿cómo se reparten las vacaciones de Navidad?

Considerando las limitaciones laborales y del núcleo que pudieran tener los progenitores, lo ideal sería que los menores pasen con cada parte de la familia esas fiestas.

Sin embargo, el documento que establece en última instancia cómo se reparten estos días es el Convenio Regulador (o la sentencia de divorcio). Éste funciona como una guía para los padres, aunque si éstos encontraran una mejor solución para todos, pueden aplicarla por encima de dicho convenio.

Como regla general, este documento indica que el régimen de visitas de los hijos en Navidad se divide en dos períodos, más o menos idénticos, que trata de repartir las dos fechas más destacadas, el 24 (Nochebuena) y el 31 (Nochevieja).

Sin embargo, eso tiene sentido cuando los padres viven a una distancia grande uno del otro, y lo recomendable es reducir desplazamientos. Pero si ambos viven en la misma ciudad o tienen disponibilidad para trasladar a los niños, brindándoles la posibilidad de compartir cada fiesta con una parte de la familia, es aconsejable que los días de visitas se reorganicen en función de esas fechas simbólicas, siendo lo más flexibles posibles para alcanzar acuerdos que beneficien al menor (o menores) y favorezcan el contacto del mismo con toda la familia. 

 

¿Y qué pasa con el día de Reyes?

El 6 de enero es un día muy especial para los pequeños, siendo lo ideal que pueda fraccionarse el día entre ambos progenitores, con tiempo suficiente para abrir los regalos de sus casas e incluso visitar a los abuelos u otros familiares. Pero, si no hubiera ocasión, bien por distancia u otros motivos, de que los menores pasen un tiempo del día de Reyes con cada uno de los progenitores, será prudente que en lo sucesivo compartan ese día con un progenitor cada año, alternándose, para evitar así peleas y discusiones.

 

*Si precisas más aclaraciones al respecto, no dudes en ponerte en contacto con nuestros abogados en divorcio.